REFLEXION DE LA SEMANA.
Una palabra para tí mujer.
INTERCESION
a. Por las Naciones:
El Señor nos dejó una Gran Comisión: “Id y haced discípulos a todas las naciones...” (Mateo 28:19). No podemos ir personalmente a todas las personas del mundo, es físicamente imposible, pero sí podemos interceder en oración para que el Señor haga llegar obreros a donde se necesite, allane los caminos y abra las puertas, para que Su Palabra sea oída y todos se hagan sus discípulos o seguidores. Al cambiar la gente, cambiarán los países y sus gobiernos, alcanzaremos la unidad en Cristo y entonces tendremos paz.
En el Antiguo Testamento encontramos muchos ejemplos de cómo el destino de una nación puede cambiar por medio de la intercesión; en el capítulo “El Poder de la Oración de intercesión”, los mencionamos. La palabra “naciones” se encuentra 253 veces en la Biblia y quiere decir “Ethnos” o grupos étnicos. En otras palabras, nación es la gente de un país.
En el Salmo 2:8, el Señor dice: “Pídame y Yo te daré las naciones por heredad y los confines de la Tierra serán tu posesión. “Si intercedemos por las naciones estamos suplicándole a Dios por la conversión de toda la gente del mundo a Sus Caminos; por su salud espiritual y física, por su salvación.
En toda sociedad existen siete áreas básicas que moldean el pensamiento de las personas y se reflejan en la vida de una nación. Estas áreas también tienen una influencia enorme en el comportamiento y conducta de los líderes de las naciones y de las personas que están en eminencia.
Al interceder por las naciones hay que pedir por: El hogar y la familia, la iglesia, los educadores, los espectáculos públicos, los medios de comunicación, el gobierno y el comercio.